Cada vez son más las mujeres, los hombres, los niños y las niñas que se vuelven víctimas de la violencia virtual, un delito que si bien aún no está tipificado en el Código Penal Argentino, puede ser el camino que lleve a otros más graves, como le pasó a una tucumana que casi “no la cuenta”. Su historia data del 2015, pero el camino de la Justicia es largo y ella aún sigue esperando que se resuelva.
Ciberacoso en tiempos de “sexteo”“Un novio con el que estuve en pareja cuatro años, compartió fotos míos que sólo él tenía, en grupos de Whatsapp; me creó perfiles en páginas porno y me hostigó. Las fotos que se compartían, no solo eran imágenes que nos tomamos en la intimidad sino también fotos sexys que le pasaba yo a él, como cualquiera cuando está en pareja. Después, ya separados, comenzó a agregar cualquier tipo de foto que yo subía a mis redes sociales, como para que el que vea mis fotos sin ropa también pudiera reconocerme en la calle”, contó una víctima de violencia virtual, quien prefirió mantener el anonimato ya que su causa avanza en la Justicia.
Su caso logró llegar a los despachos porque lamentablemente terminó involucrando otros delitos, como la violencia física.
Grupos de ciberacoso: videos prohibidos y packs pagos“Lo de las fotos pasó al año de estar de novios. Yo me volví loca porque no podía entender y él me mintió que le habían sacado el celular y las habían compartido sin que él supiera. Como no me entraba en la cabeza que él lo haya hecho, le creí. Años después, durante una pelea, me terminó confesando que había sido él. Después se puso violento, muy violento, y me golpeó. Me acuerdo que estábamos en su camioneta discutiendo y yo me bajé en el medio de la nada y comencé a caminar hacia mi casa, con toda la cara golpeada, y me siguió, me chocó y me obligó a volver a subir. Obviamente después de eso no lo vi más, hasta me tuve que hacer una cirugía reconstructiva porque me había partido la nariz”, recordó.
La joven comentó que tiempo después de terminar la relación las fotos volvieron a circular entre los grupos de padres del colegio de su hija y ahí dijo: “basta” y se decidió a hablar. “Muchas mujeres tenemos miedo, nos amenazan, nos ponemos en el lugar de la vergüenza por ‘lo que hicimos’ hasta que entendemos que no hicimos nada malo, que los que tienen que tener vergüenza son ellos y a quienes la sociedad debería cuestionar, en lugar de a nosotras”, resaltó y agregó que meses después ella se enteró de que muchas otras chicas que habían estado con su ex pareja habían recibido el mismo tipo de violencia de él.
Actualmente se unió a la campaña contra la violencia virtual que se creó en Tucumán, para sumarse al pedido de un cambio en la Justicia y, sobre todo, adherir a la implementación y adaptación de la Ley Olimpia en Argentina.